Congruencia, es un término que indica alineación entre nuestros valores, nuestra esencia y pensamientos, con respecto a nuestro comportamiento. A menudo observamos que sentimos, decimos o pensamos de una manera y a la hora de actuar no correspondemos con lo que tenemos en mente.
Por ejemplo, «quiero rebajar de peso, me encantaría estar delgada» pero al mismo tiempo esa persona, no hace ejercicios, come en exceso y no se cuida. Esta misma situación sucede en el trabajo, hay personas que quieren ganar más dinero, pero todos los días hacen exactamente lo mismo, es decir, no buscan innovar, resaltar, destacar y ganar más dinero, o por ejemplo hay quién quiere conseguir pareja pero a la vez piensa que eso es imposible, o simplemente no sale de su casa, entonces cómo va a conseguir pareja? Cabe preguntarse, ¿Qué pasa allí? ¿Por qué parece ser tan difícil ser congruentes?
Yo diría que la congruencia es un hábito a desarrollar, y lo que sucede es que estamos inconscientes, es decir, estamos acostumbrados a mirar fuera de nosotros, y no nos damos cuenta de que para cambiar nuestro entorno e incluso nuestro cuerpo, sensaciones y emociones, primero debemos ser conscientes de ellas, y la única forma de lograrlo es acostumbrándonos a mirar hacia dentro de nosotros mismos.
Lo dice la Biblia, en Genesis 41 «Como es arriba es Abajo» refiriéndose al cielo y a la tierra, pero si hacemos la analogía, podemos llevar esta afirmación a «Como es adentro es afuera» refiriéndonos a la mente y al entorno físico, es una Ley cósmica, el mundo interior refleja tu mundo exterior, si no te gusta lo que ves afuera, comienza a mirar qué hay dentro de ti, y encontrarás tu Talón de Aquiles. Ya lo dijo Laura Esquivel:
«Todo Cambio interior repercute en el exterior, porque lo que es adentro es afuera»
Para adquirir congruencia como hábito debemos estar atentos, y darnos cuenta cuando en nuestras vidas lo que hacemos, no concuerda con lo que pensamos o lo que deseamos, esa es la clave que te indica que hay que revisar algo.
Una vez que te des cuenta de tus propias incongruencias, te toca evaluar, tus valores, ¿Son cónsonos tus valores con ese deseo o meta? ¿Tus creencias están en armonía con eso que deseas? ¿Es esa meta o ese deseo positivos para tu entorno? ¿Qué piensas con respecto a esa meta? ¿Cuál es tu comportamiento? ¿Qué sientes?
Con estas preguntas puedes llegar a dar con el problema, quizás es una Creencia Limitante que tienes, o simplemente no has encontrado la motivación necesaria. Las posibilidades son muchas, puedes llegar a descubrir y conocer nuevos aspectos de ti, el trabajo real está en aceptar quien eres, agradecerlo y luego comenzar a reconciliarte contigo mismo, liberándote de Creencias Limitantes y potenciando tu éxito.
Recuerda que «Lo que pienso, genera mis sentimientos, lo que siento genera mi conducta, mi conducta, genera mis resultados»