Es muy común confundir estos dos términos, sin embargo las diferencias son muchísimas, y el aprender a diferencias estos sentimientos puede acercarte más a tu Zona Consciente, por eso hoy deseo hacerte reflexionar sobre este tema.
Generalmente se entiende por compasión al sentimiento de tristeza que embarga a una persona al ver a otra pasando por alguna dificultad o padecimiento que implica dolor o sufrimiento. Sin embargo hay una definición aún más completa, la compasión es el amor expresado ante la dificultad o sufrimiento padecido por alguien, y este amor nace como consecuencia del conocimiento consciente de que todos somos uno en esencia y por lo tanto sentimos como nuestro el dolor ajeno.
El que siente compasión se ama profundamente a sí mismo y la expresión de ese amor trasciende hacia los demás, a quienes considera parte de sí mismo ya que intuitivamente sabe que somos la expresión física de la unidad, se siente uno con el todo, trayendo como consecuencia el deseo inmenso, sincero y honesto de bienestar y dicha hacia quien vive un padecimiento.
Cuando en realidad sientes compasión, no juzgas y no criticas a quien padece, simplemente amas y permites que ese amor te movilice, bien sea a ayudar, a enviar bendiciones y amor o a acompañar a los demás.
Luego del amor, la compasión es la manifestación más pura de sentimientos que emanan del corazón humano. Gracias a la compasión encontramos almas abnegadas que dedican su vida entera a ayudar a los más necesitados, médicos, maestros, enfermeras, misioneros, voluntarios, etc.
Pero como vivimos en un mundo de dualidades, en el que encontramos Blanco, pero también negro, arriba y abajo, positivo y negativo, la compasión también tiene su contraparte creada por el Ego para confundirnos en el camino del despertar de conciencia. Ese opuesto es la Lástima, un sentimiento menos intenso y más efímero que la compasión, se manifiesta de igual forma ante la pena o padecimiento de otra persona, pero sin involucrarse en la situación o en los sentimientos del otro.
La lástima no nace en el corazón, sino en la mente, por lo tanto no es producto de nuestra alma sino de nuestro ego. Yo definiría a la lástima como un pensamiento que juzga la condición del otro, la compara con la suya y luego demuestra un gesto o palabras que indican su tristeza, la cual en realidad no siente, sino que más bien se trata de una sensación de alivio que se traduce en el pensamiento “menos mal que no soy yo”.
Si por alguna razón una persona movida por la lástima, se ve obligada a ayudar o involucrarse en la situación o padecimiento de otra persona, entonces se asegura de dejar constancia de su participación, ejemplo: cuando hace donaciones no lo hace anónimamente, sino que trata de que su entorno lo sepa para que la juzguen como una buena persona, recordemos qué al ego le importa mucho la aprobación externa, además se toma fotos y las publica mientras hace alguna labor social, etc.
Por el contrario la compasión moviliza a las personas a realmente dar lo mejor de sí para ayudar y colaborar sin buscar reconocimiento o aceptación de los demás. Conocer el origen de tus sentimientos y emociones te ayudará a saber si vienen del ego o de tu alma, y te permitirá manejar con inteligencia esas emociones para que vivas una vida más consciente y más plena.