Muchas personas viven constantemente dando por sentado absolutamente todo en sus vidas, creemos que somos los dueños y señores de nuestra vida y nuestro entorno,
incluso nos creemos poseedores de nuestras personas cercanas. Pero debemos darnos cuenta de que existe una delgada línea que divide el espacio entre una persona segura de si misma y una persona soberbia y egoísta.
La soberbia nos hace creer «que tenemos a Dios agarrado por la barba» como dice el refrán popular, y a menudo se da como consecuencia de épocas o momentos en los que sentimos que estamos montados en la cresta de la ola, y creemos que esa ola no se va a terminar. Cuando somos soberbios nos vamos al extremo de arriesgar todo aquello que en el fondo valoramos, arriesgamos lo que de verdad amamos, y lo hacemos porque simplemente no somos conscientes de lo efímera que es la vida.
De repente nos llega el golpe!!, nos despiden del trabajo, o la pareja nos abandona, o nos enfermamos, y comienza la crisis, en ese momento nos damos cuenta de cuan soberbios hemos sido, de cuantas veces no valoramos lo que de verdad era importante. No hace falta que llegue la crisis para que vivas una vida consciente y plena, puedes anticiparte desde ya.
No me quiero referir en este artículo, al agradecimiento que se siente cuando se recibe un favor o un beneficio de parte de otra persona, para mí el agradecimiento es una energía poderosa, que nos envuelve desde las profundidades de nuestro ser, y que surge desde la creencia de que hemos sido beneficiados por el simple hecho de vivir esta experiencia terrenal, cuando vives con esta consciencia logras agradecer cada latido de tu corazón, cada gramo de oxígeno que entra en tus pulmones.
Con este concepto en mente, toma nota de estas 5 claves que te ofrezco hoy para vivir en agradecimiento:
Al despertarte cada día, date cuenta de que pudieses no haber despertado, y sencillamente agradece a Dios o a la energía universal que sostiene al sistema solar y a nuestro planeta suspendido en la nada, es esa misma fuerza la que hace latir tu corazón.
Cuenta tus bendiciones al levantarte: Por mucho que creas que estás en una situación precaria, te apuesto a que cuentas con muchas bendiciones, por ejemplo, tienes manos, puedes ver, porque de lo contrario no estarías leyendo este artículo, si comienzas por lo básico sin dejar pasar ni un detalle, te darás cuenta que tienes muchos motivos para agradecer.
Pregúntate diariamente, varias veces al día, estoy siendo agradecido con la vida?: Si partimos de la premisa de que algo o alguien nos dio la vida, (nuestros padres , Dios, etc) entonces pregúntate si estás siendo agradecido con esa fuerza que te creó.
No basta con pensar en agradecimiento, hay que sentirlo y expresarlo, si no te gusta orar, puedes probar a dar gracias a cada persona que directa o indirectamente te presta algún servicio, aunque le estés pagando, agradécele, hazlo! dilo!! con fuerza y acompañando con lenguaje corporal, una sonrisa y un gesto amable. El cuerpo es perfecto, y cuando digas la palabra mágica acompañada del gesto corporal, acabarás sintiendo esa magia de agradecimiento.
Las cosas que no nos gustan tanto, también son motivo para agradecer. Ten en cuenta que la vida está orquestada en un plan divino, es como cuando tomas una materia electiva en la universidad, en la vida también en nuestra consciencia superior, elegimos pasar por ciertas pruebas, entonces aquello que consideras negativo en tu vida también es motivo para agradecer, porque por lo menos alguna enseñanza debe aportar a tu vida. Las pruebas que atravesamos en la vida son maestros que elevan nuestro nivel de conciencia y si no lo ves de esa forma, la prueba se te va a seguir presentando en tu vida hasta que logres captar el aprendizaje.
Vivir en agradecimiento te llena de energía positiva, te hace enfrentar los desafíos de la vida con motivación y alegría, tus pensamientos se convierten en una herramienta creadora poderosa, que atrae a tu vida y a tu entorno esas bendiciones que todos deseamos en la vida, amor, salud, abundancia y yo le agregaría Conciencia.
Namaste!